¿ QUÉ ES LA MASONERIA ?

Cuando por primera vez oímos a alguna persona decir: "Fulano es masón". La pregunta que surge inmediatamente es; ¿Es una religión, o una secta, o un club filosófico, o un partido político, o que cosa es...? Para intentar llenar esta información y a la vez contestar otras interrogantes tales como: ¿Cuáles son sus finalidades? ¿Cuál es su historia?, ¿Cómo está organizada internamente?, saber si interviene en la política, o saber cuales son las obligaciones y derechos de un masón, se escribió la presente publicación, que no trata, ni con mucho, de ser un libro de consulta de Masonería. Existen buenas obras de este tipo que ayudaran a quien desee obtener información específica sobre algún aspecto particular del tema. Lo que aquí se propone es presentar el panorama general, como se haría ante quien nunca hubiese oído hablar de la Masonería. No se trata de una propaganda en favor ni en contra, sino simplemente una exposición escueta de hechos y datos fáciles de comprobar, pero que, hasta ahora, no estuvieron reunidos en un solo libro.
A pesar de que la Masonería es una institución de respetable antigüedad, y que de ella se han ocupado ampliamente historiadores, filósofos y escritores, existen en la actualidad una desorientación y desconocimiento casi completos de lo que realmente es esta organización que tiene sucursales en casi todo el mundo, y de cuáles son sus finalidades y que medios utiliza para lograrlas. La mayoría de quienes han escuchado en alguna ocasión referencias vagas a la Institución Masónica, se la representan como una especie de mafia tenebrosa que se dedica a incorporar en sus filas a los oportunistas, los cismáticos, los hombres sin credo ni religión, los policastros sin escrúpulos y a los incautos, para sus conspiraciones secretas. Se supone que el objetivo principal de la actividad masónica consiste en atacar a la religión, y el secundario es conseguir puestos lucrativos en el gobierno, la industria, el comercio, o dondequiera que sus adeptos puedan introducirse con sus maniobras encubiertas. Se habla de que la intimidación y el terror son las armas con que son manejados eficazmente los juramentos de esta sociedad secreta, y aun brotan aquí y allá consejas que hablan de terribles y espeluznantes "venganzas masónicas". Muy distinta es la idea que se forman de la Masonería quienes han tenido algún trato con miembros de la Institución. En muchos casos, han creído descubrir que se trata de gente inofensiva, incapaz de "matar una mosca", idealistas y hasta ingenuos, que se reúnen semana a semana en sus "logias", como otros lo hacen en o en la cantina, para "darle su arreglada" al mundo. Como no se ve que para estas personas cambie en forma alguna su situación económica, a veces precaria, ni que se realicen jamás los proyectos loables que dejan traslucir en pláticas, se deduce que la Masonería es una especie de club en que se vuelcan, en saluble "catarsis", la frustración e impotencia de los ideales fallidos y las metas inalcanzadas, y se busca en la discusión libre de variados temas un desahogo a las inquietudes y cierto solaz en el intercambio de conceptos filosóficos. Para quienes han asistido a ceremonias masónicas, o han leído artículos ilustrados de los fastuosos actos que se llevan a cabo, los masones quedan catalogados como una gente ociosa que vive en un mundo artificial de fantasía y teatralidad, reminiscente de la pompa y circunstancia de las órdenes de caballería y la nobleza medieval, sin más finalidad que la de conferirse mutuamente ridículos y altisonantes títulos que halagan su vanidad y darle variedad a la incolora mediocridad de la vida real.
Finalmente, hay quienes ven en la Masonería poco más que un club social, como los Rotarios o los Leones, aunque con cierto sabor de misticismo, que únicamente sirve para darle marco y ambiente a las altruistas finalidades de ayuda mutua y solidaridad fraterna que se supone deben existir entre sus miembros. Como puede verse, la imagen que se forja una mente que trata de juzgar a una institución viéndola desde afuera, no puede nunca ser exacta. En verdad, debemos admitir que aún para muchos de los masones que forman parte de la Institución, el concepto tampoco es muy claro, y ello se debe, precisamente a que han transportado al campo masónico sus aspiraciones particulares y han convertido a sus logias en un reflejo de lo que esperaban encontrar en la Masonería. Al solicitar su admisión, un candidato en la Orden, se le pregunta si lo hace de su libre y espontánea voluntad; pero ¿cómo puede haber libre y espontánea voluntad de hacer algo, si se ignora lo que ello es? ¿Cómo puede jurarse el cumplimiento de una constitución y reglamentos si se desconocen completamente? ¿Qué puede pensarse de un hombre que va a comprometer su palabra de honor y su buen nombre sin haberse preocupado por investigar más a fondo las consecuencias de tal acto? La verdad es que escasean lamentablemente las fuentes fidedignas de información sobre lo que es y lo que no es la Masonería, y esta deficiencia no siempre se puede subsanar por medio de la interrogación directa, pues lo más probable es que se reciban contestaciones contradictorias y vagas por el temor de muchos masones a decir más de la cuenta, violando las normas de discreción que recomienda la Orden. Tampoco se sale de apuros leyendo obras de consulta de filosofía masónica, o aún los rituales (si se consiguen), pues en toda la literatura que se publica se supone que el lector es masón y, por lo tanto, se omite todo aquello que le ha de ser bien conocido; pero que es precisamente lo que más interesaría al que tiene deseos de investigar la conveniencia o inconveniencia de iniciarse en la Masonería. Para intentar llenar este hueco se escribió la presente publicación, que no trata, ni con mucho, de ser un libro de consulta de Masonería. Existen buenas obras de este tipo que ayudarían a quien desee obtener información específica sobre algún aspecto particular del tema. Lo que aquí nos hemos propuesto es presentar el panorama general, como lo haríamos ante quien nunca hubiese oído hablar de la Masonería.
No se trata de una propaganda en favor ni en contra, sino simplemente una exposición escueta de hechos y datos fáciles de comprobar, pero que, hasta ahora, no estuvieron reunidos en un sólo libro. Quedará mucho aún por decir, y algunas cosas habrán de leerse entre líneas; pero tengo la convicción leal de que no son las más importantes las que falten y que la información condensada en esta publicación será más que suficiente para el fin que se persigue, que es el de orientar debidamente a quienes desean conocer realmente lo que es esta institución mundial.

viernes, 4 de septiembre de 2009

"¿Cúando un hombre es Masón?" Poema de el Q:.H:. Joseph Fort Newton (E:. O:.)



“Cuando puede examinar con cuidado los ríos, las colinas y el lejano horizonte con un sentimiento profundo de su propia pequeñez en el vasto esquema de las cosas y aún tener fe, esperanza y coraje, los cuales son las raíces de toda virtud.


Cuando conoce que en el fondo de su corazón cada hombre es tan noble, tan vil, tan divino, tan diabólico y tan solitario como él mismo y busca conocer, perdonar y amar a su compañero.

Cuando sabe como simpatizar con un hombre en sus tristezas y aun en sus pecados, conociendo que cada hombre pelea una dura batalla contra muchas desventajas.

Cuando ha aprendido cómo hacer amigos y mantenerlos y sobre todo, cómo ser amigo consigo mismo.

Cuando ama las flores, puede perseguir aves sin un arma y siente el escalofrío de una antigua diversión olvidada, cuando escucha la risa de un pequeño niño.

Cuando puede ser feliz y orgulloso en medio de las infelicidades de la vida.

Cuando los árboles coronados de estrellas y el reflejo de la luz del sol sobre las corrientes de agua lo seducen como la idea de una muy amada y anhelada muerte.

Cuando ninguna voz de sufrimiento llega a sus oídos en vano y ninguna mano busca su ayuda sin respuesta.

Cuando encuentra bondad en cada fe que ayuda a cualquier hombre a depender de las cosas divinas y a ver los significados majestuosos en la vida, sin interesar cuál pueda ser el nombre de esa fe.

Cuando puede mirar un charco al lado del camino y ver algo más allá del barro y a la cara del más miserable mortal y ver más allá del pecado.

Cuando sabe cómo orar, cómo amar y cómo esperar.

Cuando ha mantenido la fe consigo mismo, con su Dios; en su mano una espada contra la maldad, en su corazón un pedazo de canción; feliz por vivir, pero no temeroso de morir!

Este hombre ha encontrado el único secreto de la Masonería y el único que debe tratar de dar a todo el mundo.”
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Un poco de Historia Mexicana.

Vida de Miguel Hidalgo





El Q.'. H.'. y Ex-Sacerdote Mexicano Miguel Hidalgo fue definitivamente el iniciador de la independencia de México, conocido como el "Padre de la Patria". Nació el 8 de mayo de 1753 en el rancho de San Vicente, perteneciente a la hacienda de San Diego Corralejo, fué bautizado con los nombres de José Miguel Gregorio e Ignacio, en la capilla de Cuitzeo de los Naranjos, el día 16 del mismo mes y año.
Hijo de don Cristobal Hidalgo y Costilla, y de doña Ana María Gallaga Mandarte.
Al recibir las ordenes sagradas, ocupó varios curatos, como el de Colima y San Felipe, hasta que a la muerte de su hermano Joaquín ocupó su lugar como Cura de Dolores en 1802. Hombre cultísimo y progresista, al mismo tiempo que que estudiaba las primeras letras, aprendía también labores del campo y su esperitu observador iba creciendo en conocimientos de la misma manera que su cuerpo se fortalecía con la saludable vida del campo. El contacto con lo artesanos de su pueblo le facilitaba el aprendizaje de diversas artesanías, conocimiento que tan útil habría de serle después, ya Cura de almas, tendría la opurtunidad de ayudar a sus feligreses. Su espirutu emprendedor lo llevó a instalar varios talleres de artesanías e industria (alfarería, curtiduría, carpintería, herrería, etc.). Con la ayuda de sus feligreses mandó a excavar una noria y plantó moreras y vides.
Todos los oficios que enseñaba tenían una aplicación práctica, un valor comercial; eran actividades productivas que contribuían poderosamente a elevar el nivel de vida de los habitantes de Dolores y puntos vecinos. Esta lavor constructiva la hacía aprevechando los recursos naturales de la región, antes inexplotados. Fué también en este aspecto un precursor.
El tiempo que le dejaban libre sus trabajos sociales y docentes, lo destinaba a instruírse, a aumentar sus conocimientos en todos los ambitos del saber humano. Sentía gran entusiasmo por los estudios filosóficos, y ellos lo llevaro a la adopción de las ideas liberales que habrían de caracterizarlo.
Se inicio en la masoneria en la logia de la calle de Las Ratas No. 4 (hoy Bolívar 73), domicilio particular del regidor Manuel Cuevas Moreno de Monroy Guerrero y Luyando. Se trataba de mantener en la clandestinidad las actividades masonicas. Un vecino, habitante de la casa número 2, apellidado Cabo Franco, denunció la existencia de la logia. Muchos fueron aprehendidos y Primo de Verdad amaneció muerto en su celda el 4 de octubre de 1808. Los masones de esa logia empezaron a reunirse en El Pensil, casa de campo de Manuel Cuevas. Desde 1808 participó en las juntas de los descontentos con la situación de la Nueva España. Formalizadas estas conspiraciones, debieron adelantar la fecha del levantamiento armado, arrastrando las consecuencias que los llevaría a una muerte prematura.La madrugada del 16 de septiembre de 1810, con las arengas ¡Viva la independencia! ¡Viva la América! ¡Muera el mal gobierno! Hidalgo y sus seguidores se lanzaron a la lucha que nos liberaría del yugo español.Fué generalísimo de los ejercitos isurgentes. Triunfó en Guanajuato y Las Cruces. Después de una racha de victorias los insurgentes llegaron a las puertas de la capital, pero por alguna razón que la historia no ha podido aclarar, Hidalgo decidió retirarse. Vinieron derrotas como la de Calderón y otras. Siete meses de vida activa constituyeron su carrera como insurgente.
Después de severas derrotas y cuando iba rumbo a E.U.A. a conseguir pertrechos, fué traicionado por Ignacio Elizondo y tomado preso en las Norias de Acatita de Baján el 21 de Marzo de 1811, y conducido a Chihuahua.
En julio de 1800 los curas mercedarios Joaquín Huesca y Manuel Estrada le acusaron de asistir a ‘tenidas diabólicas’ en una logia en el callejón de El Sapo (frente a la actual central telefónica de las calles de Victoria en la ciudad de México). La causa fue reanudada en septiembre de 1810 y el 7 de febrero de 1811 el inquisidor fiscal Manuel de Flores presentó formal denuncia contra Hidalgo al grado de que la iglesia católica lo excomulgó, a como ha excomulgado a las masones decenas de veces a lo largo de la historia.
A continuacion reproducimos textualmente el decreto de excomunion que la Iglesia aplico a este hombre (texto de fuerte contenido):
"Excomunión de Miguel Hidalgo"
EXCOMUNIÓN MAYOR “Por la autoridad de Dios todopoderoso, del Padre, Hijo y Espíritu Santo; y de los santos cánones y de la inmaculada Virgen María madre y nodriza de nuestro Salvador y de las virtudes celestiales, ángeles, arcángeles, tronos, dominios, papas, querubines y serafines y de todos los santos patriarcas y profetas; y de los apóstoles y evangelistas; y de los santos inocentes, quienes a la vista del santo Cordero, se encuentran dignos de cantar la nueva canción; y de los santos mártires y santos confesores. Y de las santas vírgenes y de los santos, juntamente con todos los santos elegidos de Dios, lo excomulgamos y lo anatematizamos y lo secuestramos de los umbrales de la iglesia de Dios Omnipotente, para que pueda ser atormentado por eternos y tremendos sufrimientos, juntamente con Datán y Abirán y aquellos que dicen al Señor ¡apártate de nosotros porque no deseamos ninguno de tus caminos! Y así como el fuego del camino es extinguido por el agua, que sea la Cruz extinguida en él para siempre jamás. Que el Hijo, quien sufrió por nosotros lo maldiga, que el Espíritu Santo, que nos fue dado en nuestro bautismo lo maldiga. Que la santa Cruz a la cual ascendió Cristo por nuestra salvación, triunfante entre sus amigos, lo maldiga. Que la santa y eterna Virgen María madre de Dios, lo maldiga, que todos los ángeles y arcángeles, principados y potestades y todos los ejércitos celestiales, lo maldigan; Que San Juan el precursor y San Pedro, y San Pablo y San Andrés y todos los demás apóstoles de Cristo, juntamente lo maldigan. Y ojalá que el resto de sus discípulos y los cuatro evangelistas, quienes por sus predicaciones convirtieron al mundo universal; y ojalá que la santa compañía de mártires y confesores, quienes por sus santas obras se han encontrado agradables al Dios Todopoderoso, lo maldigan. Ojalá que el Cristo de la santa Virgen lo condene. Ojalá que todos los santos desde el principio del mundo y de todas las edades, quienes se hayan ser los amados de Dios, lo condenen; ojalá que los cielos y la tierra y todas las cosas que hay en ellos, lo condenen; que sea condenado donde quiera que esté, en la casa o en el campo; en los caminos y en las veredas; en las selvas o en el agua, o aún en la iglesia. Que sea maldito en el vivir y en el morir; en el comer y en el beber; en el ayuno o en la sed; en el dormitar y en el dormir; en la vigilia y andando; estando de pie o sentado; acostado o andando; mingiendo o cancando y en todas las sangrías. Que sea maldito interior y exteriormente. Que sea maldito en su pelo. Que sea maldito en su cerebro. Que sea maldito en la corona de su cabeza y en sus sienes, y en su frente y sus oídos; y en sus cejas y en sus mejillas; en sus quijadas y en sus narices; y en sus dientes anteriores ye n sus molares; en sus labios y en su garganta; y en sus hombros y en sus muñecas, en sus brazos, en sus manos y en sus dedos. Que sea condenado en su pecho, en su corazón y en todas las viseras de su cuerpo. Que sea condenado en sus venas; en sus músculos, en sus caderas, en sus piernas, pies y uñas de los pies. Que sea maldito en todas las junturas y articulaciones de su cuerpo. Que desde la parte superior de su cabeza, hasta la planta de los pies, no haya nada bueno en él; que el Hijo de Dios Viviente con toda la gloria de su majestad, lo maldiga; y que el cielo, con todos los poderes que hay en él, se subleven contra él, lo maldigan y lo condenen. Amén. ¡Así sea!. Amén”.
Fué enjuiciado, degradado de su carácter sacerdotal y fusilado la mañana del 30 de julio de 1811. Su cabeza junto con la de Allende, Aldama y Jiménez, fueron llevadas a Guanajuato y, encerradas en jaulas de hierro, colgadas en las cuatro esquinas de la Alhóndiga de Granaditas, en donde permanecieron hasta la consumación de la Independencia en 1921.
Hoy sus restos reposan en la Columna de la Independencia (el Angel de la Independencia) en el Paseo de la Reforma de la ciudad de México, en donde arde perenemente una lámpara votiva que recuerda el sacrificio de aquellos que dieron sus vidas por la Independencia de su Patria
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LOS ENEMIGOS INTERNOS DE LA MASONERIA

Quiero compartir  un escrito del Q:.H:. Cuauhtémoc D. Molina García, miembro de la R:.L:.S:. Concordia No. 1, del Or:. de Xalapa, Veracruz, México. Considero que es una problematica actual y constante en nuestra institución, dicho sea sin el afan de culpar; de tal manera que lo dejo a consideración de el lector.





LOS ENEMIGOS INTERNOS DE LA MASONERIA
Por Cuauhtémoc D. Molina García   R:.L:.S:. Concordia 1.


A menudo se dice que la Orden tiene sus enemigos atávicos en los grupos de ultraderecha, sectores conservadores de la Iglesia católica, —Caballeros de Colón, Opus Dei, Legionarios de Cristo y ahora el Yunque—, y partidos políticos de filiación igualmente conservadora. El discurso de los recién ingresados en la Orden suele ser copioso en retórica jacobina y de pronto pareciera que la Orden existe, o subsiste, merced a la existencia de los contrarios.Otros incluso se pronuncian en el sentido de que la Masonería ha perdido capacidad de competir con sus adversarios, ya que éstos la han superado en número de miembros, recursos materiales y capacidad financiera, así como en presencia política.¿Qué hace la Masonería?, otros dicen ¿qué hacen los masones? Unos y otros se responden: ¡Nada! Las logias masónicas cada día desmerecen en interés para sus propios integrantes, quiénes las abandonan desilusionados porque no encuentran lo que buscan, o bien porque el carácter y el contenido de sus enseñanzas les parecen fuera de contexto histórico, social y político.¿Qué hacer entonces?La Masonería, dicen, vive una crisis, y a veces dicen bien, solo que no saben identificar con precisión el sentido y la verdadera identidad de dicha crisis.
Pocos masones saben cuáles son los fines reales de la Institución masónica; unos la ubican en lo material, otros en lo financiero y económico, otros en lo social y no faltan quienes le señalan un rotundo fracaso político.Para muchos la Masonería es un mero apéndice de sus vidas sociales, una extensión de ella que malamente cumple la función de un club. Adolecen muchos integrantes de la Orden, -que no iniciados-, de una clara visión de los ideales supremos de realización espiritual de la Institución y es posible que ocho de cada diez de ellos desconozcan que la Masonería ha sido fundada para contribuir al desarrollo espiritual de la humanidad, así como a la expansión de la conciencia interior de sus integrantes. Muchas Grandes Logias, con sus respectivos Grandes Maestros, evidencian un abandono de los principios considerados fundamentales en la Francmasonería, restándoles autoridad y observancia. Incluso, para muchos masones “modernos”, los ritos masónicos no son sino costumbres arcaicas y prehistóricas que ahora “carecen de sentido”, y les parece que la Masonería es una suerte de museo viviente de atavismos incompatibles con un mundo de globalización y de Internet. Casi todos los “profanos con mandil” exigen hacer las cosas con prisa, por ello abrevian rituales y mutilan el espíritu de la Orden en aras de la modernidad y la “ciencia contemporánea”.
La Masonería —siendo un espacio iniciático cognitivo y afectivo de profundos significados morales y espirituales— resulta hoy en día en extremo superficial para quienes la desconocen y la reducen con sus prácticas profanadoras, y es por esta razón que además de todos los males, existe una vasta disonancia entre las mentes académicamente avanzadas y la masonería superficial contemporánea. Tenemos ante nosotros una ruptura social, intelectual y académica que no tiene razón de ser, porque si los académicos y los científicos, cuando llegan a nuestras Logias, alguien les supiese indicar los verdaderos caminos de la Orden, muy seguro estaríamos en que sabrían, con gran apertura intelectual y espiritual, valorar de modo superlativo las excelsas virtudes de nuestro Arte Real. Por lo tanto, habríamos de preguntarnos objetivamente ¿Cuáles o quiénes son nuestros reales y verdaderos enemigos? Desde hace mucho tiempo presentimos que nuestros verdaderos y reales enemigos no están fuera, sino dentro de la Institución. ¿Quiénes son? No son solamente lo Jubelás, Jubelós y Jubelúm, que con sus conductas traicionan la confianza de los verdaderos iniciados, o bien los líderes y funcionarios de la Orden que solo anhelan su propio beneficio y se olvidan de la verdadera causa de la Institución. No, se trata más bien de actitudes plenamente instaladas en los patrones de conducta organizacional de la Orden. ¿Cuáles son estas actitudes? Una es la superficialidad, otra los prejuicios y por último, los personalismos.[1]
Los masones nos hemos vuelto superficiales, pues tratamos nuestros asuntos por la periferia y pocas veces profundizamos en los contenidos simbólicos e iniciáticos dela Orden. Muchos asumen que son masones solo porque son liberales; y respecto de los personalismos, hemos convertido a la Orden en una retahíla de aduladores que confunden el valor de la jerarquía con la alabanza que trastornan la personalidad de quienes aún no comprender la esencia de la Institución. La falta de educación, la pérdida de los significados, las ambiciones políticas de los dirigentes, la ausencia de selección y capacitación masónica, son los principales enemigos internos de la Masonería. No necesitamos citar a los enemigos tradicionales, pues en verdad los tenemos dentro.

[1] Me baso en los conceptos de W. Cox Learche, en Los Landmarks; la regularidad masónica en una nueva Luz, Herbasa, México, s/a.