¿ QUÉ ES LA MASONERIA ?

Cuando por primera vez oímos a alguna persona decir: "Fulano es masón". La pregunta que surge inmediatamente es; ¿Es una religión, o una secta, o un club filosófico, o un partido político, o que cosa es...? Para intentar llenar esta información y a la vez contestar otras interrogantes tales como: ¿Cuáles son sus finalidades? ¿Cuál es su historia?, ¿Cómo está organizada internamente?, saber si interviene en la política, o saber cuales son las obligaciones y derechos de un masón, se escribió la presente publicación, que no trata, ni con mucho, de ser un libro de consulta de Masonería. Existen buenas obras de este tipo que ayudaran a quien desee obtener información específica sobre algún aspecto particular del tema. Lo que aquí se propone es presentar el panorama general, como se haría ante quien nunca hubiese oído hablar de la Masonería. No se trata de una propaganda en favor ni en contra, sino simplemente una exposición escueta de hechos y datos fáciles de comprobar, pero que, hasta ahora, no estuvieron reunidos en un solo libro.
A pesar de que la Masonería es una institución de respetable antigüedad, y que de ella se han ocupado ampliamente historiadores, filósofos y escritores, existen en la actualidad una desorientación y desconocimiento casi completos de lo que realmente es esta organización que tiene sucursales en casi todo el mundo, y de cuáles son sus finalidades y que medios utiliza para lograrlas. La mayoría de quienes han escuchado en alguna ocasión referencias vagas a la Institución Masónica, se la representan como una especie de mafia tenebrosa que se dedica a incorporar en sus filas a los oportunistas, los cismáticos, los hombres sin credo ni religión, los policastros sin escrúpulos y a los incautos, para sus conspiraciones secretas. Se supone que el objetivo principal de la actividad masónica consiste en atacar a la religión, y el secundario es conseguir puestos lucrativos en el gobierno, la industria, el comercio, o dondequiera que sus adeptos puedan introducirse con sus maniobras encubiertas. Se habla de que la intimidación y el terror son las armas con que son manejados eficazmente los juramentos de esta sociedad secreta, y aun brotan aquí y allá consejas que hablan de terribles y espeluznantes "venganzas masónicas". Muy distinta es la idea que se forman de la Masonería quienes han tenido algún trato con miembros de la Institución. En muchos casos, han creído descubrir que se trata de gente inofensiva, incapaz de "matar una mosca", idealistas y hasta ingenuos, que se reúnen semana a semana en sus "logias", como otros lo hacen en o en la cantina, para "darle su arreglada" al mundo. Como no se ve que para estas personas cambie en forma alguna su situación económica, a veces precaria, ni que se realicen jamás los proyectos loables que dejan traslucir en pláticas, se deduce que la Masonería es una especie de club en que se vuelcan, en saluble "catarsis", la frustración e impotencia de los ideales fallidos y las metas inalcanzadas, y se busca en la discusión libre de variados temas un desahogo a las inquietudes y cierto solaz en el intercambio de conceptos filosóficos. Para quienes han asistido a ceremonias masónicas, o han leído artículos ilustrados de los fastuosos actos que se llevan a cabo, los masones quedan catalogados como una gente ociosa que vive en un mundo artificial de fantasía y teatralidad, reminiscente de la pompa y circunstancia de las órdenes de caballería y la nobleza medieval, sin más finalidad que la de conferirse mutuamente ridículos y altisonantes títulos que halagan su vanidad y darle variedad a la incolora mediocridad de la vida real.
Finalmente, hay quienes ven en la Masonería poco más que un club social, como los Rotarios o los Leones, aunque con cierto sabor de misticismo, que únicamente sirve para darle marco y ambiente a las altruistas finalidades de ayuda mutua y solidaridad fraterna que se supone deben existir entre sus miembros. Como puede verse, la imagen que se forja una mente que trata de juzgar a una institución viéndola desde afuera, no puede nunca ser exacta. En verdad, debemos admitir que aún para muchos de los masones que forman parte de la Institución, el concepto tampoco es muy claro, y ello se debe, precisamente a que han transportado al campo masónico sus aspiraciones particulares y han convertido a sus logias en un reflejo de lo que esperaban encontrar en la Masonería. Al solicitar su admisión, un candidato en la Orden, se le pregunta si lo hace de su libre y espontánea voluntad; pero ¿cómo puede haber libre y espontánea voluntad de hacer algo, si se ignora lo que ello es? ¿Cómo puede jurarse el cumplimiento de una constitución y reglamentos si se desconocen completamente? ¿Qué puede pensarse de un hombre que va a comprometer su palabra de honor y su buen nombre sin haberse preocupado por investigar más a fondo las consecuencias de tal acto? La verdad es que escasean lamentablemente las fuentes fidedignas de información sobre lo que es y lo que no es la Masonería, y esta deficiencia no siempre se puede subsanar por medio de la interrogación directa, pues lo más probable es que se reciban contestaciones contradictorias y vagas por el temor de muchos masones a decir más de la cuenta, violando las normas de discreción que recomienda la Orden. Tampoco se sale de apuros leyendo obras de consulta de filosofía masónica, o aún los rituales (si se consiguen), pues en toda la literatura que se publica se supone que el lector es masón y, por lo tanto, se omite todo aquello que le ha de ser bien conocido; pero que es precisamente lo que más interesaría al que tiene deseos de investigar la conveniencia o inconveniencia de iniciarse en la Masonería. Para intentar llenar este hueco se escribió la presente publicación, que no trata, ni con mucho, de ser un libro de consulta de Masonería. Existen buenas obras de este tipo que ayudarían a quien desee obtener información específica sobre algún aspecto particular del tema. Lo que aquí nos hemos propuesto es presentar el panorama general, como lo haríamos ante quien nunca hubiese oído hablar de la Masonería.
No se trata de una propaganda en favor ni en contra, sino simplemente una exposición escueta de hechos y datos fáciles de comprobar, pero que, hasta ahora, no estuvieron reunidos en un sólo libro. Quedará mucho aún por decir, y algunas cosas habrán de leerse entre líneas; pero tengo la convicción leal de que no son las más importantes las que falten y que la información condensada en esta publicación será más que suficiente para el fin que se persigue, que es el de orientar debidamente a quienes desean conocer realmente lo que es esta institución mundial.

sábado, 5 de diciembre de 2009

SÍMBOLOS

"El arte de razonar consiste en ordenar

los simbolos y encontrar la verdad"
(Peirce)

  Como marca la Semiótica, encargada del estudio de los SIGNOS, existen tres clases de estos, los cuales son: icónicos, indéxicos y simbólicos. Cada uno de ellos tiene el mismo nivel de importancia, sin embargo, en este caso nos enfocaremos específicamente a los SIMBÓLICOS.

¿ Qué es un símbolo ?, ya sabemos que es una clase de signo, es decir, es un signo que contiene tanto significado, como significante y una relación arbitraría entre ambos.
Trataré de explicarlo de una manera más sencilla con la siguiente analogía:


   Por ejemplo, la palabra "árbol": el signo sería el hecho de que alguien pronuncie la palabra; el significante, la palabra en sí misma; el significado, el árbol que se imagine inconscientemente cada receptor para comprender el concepto. Quizá alguien al escuchar la palabra, se imagine un pino y otra persona se imagine un abedul.

   El significante es lo que se percibe con los sentidos, lo que se ve o se escucha, el significado, lo que quiere decir ese significante.
Ejemplo más claro, el diccionario: se presenta una palabra -significante- y se da su significado.

   De tal manera que para profundizar mas en el estudio del significado de los símbolos existe la Hermenéutica. El término hermenéutica deriva del griego "hermenéuiein" que significa expresar o enunciar un pensamiento, descifrar e interpretar un mensaje o un texto.


Etimológicamente, el concepto de hermenéutica se remonta y entronca con la simbología que rodea a la figura del dios griego Hermes, el hijo de Zeus y Maya encargado de mediar entre los dioses o entre éstos y los hombres. Dios de la elocuencia, protector de los viajeros y del comercio, Hermes no sólo era el mensajero de Zeus. También se encargaba de transmitir a los hombres los mensajes y órdenes divinas para que éstas fueran tanto comprendidas, como convenientemente acatadas.
   Así que para la hermenéutica el significado en los símbolos pueden ser en realidad una fuerza o energía invisible, o al menos no tan fácil de percibir. Es por esto que Hermes dice al respecto:

"Sólo cuando los oídos sean capaces de comprender, llegarán los labios que han de llenarlos de sabiduría."

Dicho en otras palabras:

"... He descubierto una verdad profunda, difícil de percibir, difícil de comprender, sólo accesible a los sabios."

(Buda)

"... Entonces el Buda echó sobre el mundo una mirada soberanamente clarividente. Vio seres cuyos ojos del espíritu estaban apenas oscurecidos por un ligero polvo, y otros cuyos ojos estaban cubiertos por un grueso polvo. Vio seres cuyo espíritu era vivo y otros cuyo espíritu era obtuso, seres de noble carácter y seres de carácter bajo, buenos oyentes y malos oyentes. Y cuando hubo visto estas cosas, se dirigió a Brahma Sahampati, diciendo:

¡Que la puerta de lo Eterno esté abierta para todos! ¡Que aquel que tenga oídos para oír, oiga!"

   Por otro lado, los símbolos podemos dividirlos en auditivos y visuales, los auditivos se refieren en resumen a los mitos, leyendas e inclusive ritos. Mientras que los visuales, como su nombre lo indica, normalmente están plasmados como grabados, litografías, pinturas, relieves, etc. y en cualquier superficie, inclusive en piedra, como es el caso de pinturas rupestres o jeroglíficos egipcios, y hasta en algunas monedas.






   Los símbolos han existido en todas las civilizaciones y culturas, en la antigüedad los sabios de estas civilizaciones enseñaban el significado de estos símbolos través de nuestros sentidos, capacitando al hombre para entrar en un estado de conciencia muy aparte de la realidad, es decir, elevándolo hasta nuestra parte más interna : nuestro verdadero ser. Eso nos convierte en mediadores entre lo invisible y lo visible tratando de alcanzar un nivel superior de conciencia.

Los mitos, leyendas y ritos son narraciones en su mayoría antiguas, en las cuales, por decirlo de alguna manera, no pasa el tiempo en ellas y obviamente son simbólicas, todas tienen detrás de sus dioses, héroes, magos, caballeros, damas y castillos... alguna enseñanza oculta, algunas veces más escondida que otras.

   Como ya hemos mencionado, existen narraciones simbólicas en muchas culturas y civilizaciones antiguas y en la mayoría de los casos son similares, hasta se podría decir idénticas, en esencia. Una de las más conocidas es la del diluvio universal,: "Noé y su gran arca repleta con su familia y una pareja de cada especie animal", encontramos un mito semejante en la India donde "Noé" se llama "Vaisvaswata" o "Satyavrata", los griegos nos hablan de "Ogiges" y de "Deucalion", en china encontramos a "Nu-wah", en el Hinduismo es "Manu",en los nórdicos a "Ymir" ; y podría ser una larga lista. Todos ellos mediante revelación divina fueron avisados para salvarse de un gran diluvio...



   De mismo modo, los simbolos son similares,


    La vida es un símbolo cuyo significado debemos descifrar; es por esto que dicha tarea pretendemos lograrla con esfuerzo y dedicación, es decir, con trabajo, recordemos que "el trabajo ennoblece". Debemos ser receptivos en cuerpo y alma, ante todo nuestro entorno; siempre habrá un "que" que nos quiera decir "algo". Todo se da por causalidad no por casualidad.




Fraternalmente.

C:. M:. Eduardo P.

jueves, 1 de octubre de 2009

A.J.E.F.



AJEF es un término formado por las letras iniciales "Asociación de Jóvenes Esperanza de la Fraternidad".


BREVE HISTORIA DEL AJEFISMO

A más de cincuenta años del nacimiento del Ajefismo en América es posible hacer un análisis de su trayectoria histórica y de su proyección hacia la sociedad, más aun, considerando que conforme pasa el tiempo se va perdiendo la esencia, la realidad de su origen y la importancia de su existencia.


Hacia 1930, la masonería cubana hacía enormes esfuerzos por mantenerse ante una persecución sin precedente, pues como fiel baluarte de la libertad y defensora de los derechos humanos marchaba a la vanguardia de su pueblo, siguiendo la tradición patriótica de los Venerables Hermanos Maceo, Gómez y Martí.

La Revolución para derrocar a Gerardo Machado fue frustrada al nacer costando la vida a muchos hermanos masones, pero otros continuaron la lucha. En el años de 1933, la Huelga General logra derrocar a Machado y cuando la situación parecía estabilizar se surge otro dictador, Fulgencio Batista apoyado por Jefferson Coffery embajador norteamericano.

En Europa, Hitler y Mussolini preparaban la aventura expansionista de la Segunda Guerra Mundial e intervenían descaradamente en le Guerra Civil Española; en nuestro país, el General Lázaro Cárdenas desafía al imperialismo norteamericano.

En ese ambiente de confusión mundial, de corrupción y de miseria, la juventud cubana se hunde en el vicio, la ignorancia, la ociosidad y sus consecuencias.

La masonería cubana, cada vez más débil por la pérdida de sus mejores hombres caídos en los frustrados movimientos revolucionarios, víctimas de la represión o muertos en la Guerra Civil Española a la que asistieron como voluntarios, con pocas posibilidades de renovación, se retira de la lucha, hace una tregua y se dedica a planear su sobrevivencia.

Sólo hay un recurso, preparar a la juventud para asumir su responsabilidad como continuadora de los ideales de libertad y de justicia, para tomar su lugar como heredera de la cultura y de la fraternidad universal.

El Hermano Fernando Suárez Nuñez, inspirado en las ideas del V.H. José Martí, encuentra en los jóvenes la única esperanza de continuidad no sólo de la Masonería sino de Cuba como nación libre y soberana.


 Hubo que desempolvar expedientes rezagados por la difícil situación imperante, renacen las palabras imponentes de Martí: "Haga hombres, quien quiera hacer pueblos", sus ideas pedagógicas cobran vida en la pluma de Suárez Nuñez y bajo su incansable labor escoge de entre sus mejores alumnos y entre los hijos de masones, la piedra que ha de moldear con la escuadra y el compás.

El 9 de febrero de 1936, ve su esfuerzo coronado con la fundación de la primera Logia AJEF en América, nacida en La Habana, Cuba.

El entusiasmo, el empuje caraterístico de la juventud, logra expander rápidamente la institución en toda la Isla, en forma callada, pero segura, al Ajefismo va creando fuerza y para 1938 tiene más de 5,000 miembros; en esa forma, la masonería cubana ha resuelto su problema de continuidad en la vanguardia de ese pueblo que hoy es en América el más progresista de los Estado y el mejor preparado de sus pueblos.

Gracias al intercambio deportivo que existía entonces en México y Cuba fue posible que el Ajefismo llegara a nuestro país. El más famoso pelotero cubano de su tiempo, el hermano Martín Dihígo, en uno de sus innumerables viajes al puerto de Veracruz, siembran la idea entre la masonería porteña de establecer en México las Logias juveniles. La enorme influencia del ídolo beisbolista sobre los jóvenes contribuyó a la formación de la primera Logia AJEF en la República Mexicana, establecida en el puerto de Veracruz, en el año de 1939, denominándose Logia AJEF "Benito Juárez", que todavía existe.

El Hermano Martín Dihígo influyó notablemente influyó notablemente en casi todos los lugares que visitó en misión deportiva promoviéndose la creación de Logias AJEF en Campeche, Chiapas y Tabasco.
Es hasta la década de los cuarenta cuando cobra importancia el Ajefismo en México, la Confederación de Grandes Logias Regulares de los Estados Unidos Mexicanos prueba la existencia de Talleres Juveniles, comisionándose a la Gran Logia "Valle de México" para hacer las adaptaciones necesarias a la Constitución y Liturgias inspirados en las teorías pedagógicas de la época, dando así un carácter científico a la institución.

A partir de entonces, Las Muy Respetables Grandes Logias de la República promueven en sus Estados la creación de este nuevo semillero de hombres que habrá de renovar los cuadros masónicos.

Gracias al intercambio deportivo que existía entonces en México y Cuba fue posible que el Ajefismo llegara a México. El más famoso pelotero cubano de su tiempo, el masón Martín Dihígo, en uno de sus innumerables viajes al puerto de Veracruz, siembran la idea entre la masonería porteña de establecer en México las asociaciones juveniles ajefistas. La enorme influencia del ídolo beisbolista sobre los jóvenes contribuyó a la formación de la primera Logia AJEF en la República Mexicana, establecida en el puerto de Veracruz, en el año de 1939, denominándose Logia AJEF Benito Juárez, que todavía existe.

La primera Logia Ajef establecida en la Cd. de Mexico, Capital de nuestra Patria, por la Muy Respetable Gran Logia de "Valle de Mexico" y se denomino "Fernando Suarez Nuñez" en homenaje al creador del Ajefismo tuvo por cuna la hermana Republica de Cubana.


¿ EN QUÉ TRABAJA EL AJEFISMO ?


El Ajefismo no es masonería, sino, un sistema práctico de educación moral, una preparatoria de la vida, de hondo sentido humano, que habrá de dar una visión humana del mundo y de la existencia para el mejor desenvolvimiento de la juventud, la cual quedará capacitada, además, para llegar a la Institución Masónica si voluntariamente lo desea.

Para que los trabajos de los Ajef se desarrollen con regularidad, y reciban los asociados en forma

progresiva y simbólica las enseñanzas morales que se persiguen, se adopta como principio pedagógico no sólo el de enseñar conocimientos, sino, principalmente el de “enseñar a aprenderlos”.

 
EL JOVEN PROFANO.

   Sin tener la mayoría de edad, pues pasa de los 14 y aún no ha llegado a los 18 o 21 años, según se indique la mayoría de edad en la Constitución del país en donde se viva, el joven profano que en su mayoría no cuenta con una personalidad definida, acabada, que lo distinga convenientemente y pueda cumplir su papel en el mundo. El joven profano que aun no despierta la inquietud de su condición de ser humano y sin inquietud de interés por lo que le rodea y le concierne, es ahora un joven perdido en el egoísmo de la vida profana, ensimismado en su yo egocéntrico, sin rumbo ni destino, es un joven que pide a gritos la ayuda necesaria para enderezar el camino de la verdad, de la rectitud, la ayuda necesaria para poder discernir entre el bien y el mal, que le permita abrir los ojos y poder participar en el desenvolvimiento de la vida como hombre y no como objeto, es aquí donde el Ajefismo toma el papel mas importante en la juventud, tanto de otros tiempos, como de los nuestros mismos.

Es en el Ajefismo donde intentamos preparar al joven profano con una educación moral y fraternal, donde le damos las herramientas necesarias para su desenvolvimiento en la vida cotidiana y así pueda por si mismo encontrar su verdadero lugar en el mundo, su verdadero lugar y propósito en la vida y si así lo desea, en el momento oportuno, poder pertenecer a la
institución masónica que el desee.

 

EL JOVEN AJEF.

   El Ajefismo es una preparatoria moral y fraternal para la vida, que en consecuencia, prepara al joven para llegar a la institución masónica; pero sólo se podrá ingresar en ésta, si voluntariamente se solicita el ingreso y se es aceptado por ella. El sentido del ajefismo sí es masónico, porque procura realizar la Fraternidad Universal por medio del perfeccionamiento de los Hombres.
 
Como Ajef se descubre el valor de ser diferente y eso te hace apreciar el valor de serlo.

   El Ajefismo puede simplemente definirse como sabiduría, fuerza y fraternidad, constructora de todo progreso ideal en la sociedad y en la humanidad, esta trinidad operativa tradicional corresponde a como se divide y reparte el cumplimiento de esta obra: Amor fraternal, rectitud moral y conocimiento: esto es el ajefismo universal.


 
El joven AJEF es enseñado bajo estos conceptos.

Un ajefista es aquel joven que se encuentra entre los 14 y 21 años, discreto, con una amplia visión de la vida y una alta educación moral. Que no reconoce mayor superioridad en el hombre que la que da el estudio y el trabajo, respeta los pensamientos, concepciones y sentimientos, tanto políticos como religiosos de los demás individuos que lo rodean. Además, entiende que no hay satisfacción más grande que de ser útil, aunque no sea recompensado, que el aprendizaje debe ser gradual, las cosas no suceden al azar, por algo suceden y con esto cada quien es arquitecto de su propio destino.







viernes, 4 de septiembre de 2009

"¿Cúando un hombre es Masón?" Poema de el Q:.H:. Joseph Fort Newton (E:. O:.)



“Cuando puede examinar con cuidado los ríos, las colinas y el lejano horizonte con un sentimiento profundo de su propia pequeñez en el vasto esquema de las cosas y aún tener fe, esperanza y coraje, los cuales son las raíces de toda virtud.


Cuando conoce que en el fondo de su corazón cada hombre es tan noble, tan vil, tan divino, tan diabólico y tan solitario como él mismo y busca conocer, perdonar y amar a su compañero.

Cuando sabe como simpatizar con un hombre en sus tristezas y aun en sus pecados, conociendo que cada hombre pelea una dura batalla contra muchas desventajas.

Cuando ha aprendido cómo hacer amigos y mantenerlos y sobre todo, cómo ser amigo consigo mismo.

Cuando ama las flores, puede perseguir aves sin un arma y siente el escalofrío de una antigua diversión olvidada, cuando escucha la risa de un pequeño niño.

Cuando puede ser feliz y orgulloso en medio de las infelicidades de la vida.

Cuando los árboles coronados de estrellas y el reflejo de la luz del sol sobre las corrientes de agua lo seducen como la idea de una muy amada y anhelada muerte.

Cuando ninguna voz de sufrimiento llega a sus oídos en vano y ninguna mano busca su ayuda sin respuesta.

Cuando encuentra bondad en cada fe que ayuda a cualquier hombre a depender de las cosas divinas y a ver los significados majestuosos en la vida, sin interesar cuál pueda ser el nombre de esa fe.

Cuando puede mirar un charco al lado del camino y ver algo más allá del barro y a la cara del más miserable mortal y ver más allá del pecado.

Cuando sabe cómo orar, cómo amar y cómo esperar.

Cuando ha mantenido la fe consigo mismo, con su Dios; en su mano una espada contra la maldad, en su corazón un pedazo de canción; feliz por vivir, pero no temeroso de morir!

Este hombre ha encontrado el único secreto de la Masonería y el único que debe tratar de dar a todo el mundo.”
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Un poco de Historia Mexicana.

Vida de Miguel Hidalgo





El Q.'. H.'. y Ex-Sacerdote Mexicano Miguel Hidalgo fue definitivamente el iniciador de la independencia de México, conocido como el "Padre de la Patria". Nació el 8 de mayo de 1753 en el rancho de San Vicente, perteneciente a la hacienda de San Diego Corralejo, fué bautizado con los nombres de José Miguel Gregorio e Ignacio, en la capilla de Cuitzeo de los Naranjos, el día 16 del mismo mes y año.
Hijo de don Cristobal Hidalgo y Costilla, y de doña Ana María Gallaga Mandarte.
Al recibir las ordenes sagradas, ocupó varios curatos, como el de Colima y San Felipe, hasta que a la muerte de su hermano Joaquín ocupó su lugar como Cura de Dolores en 1802. Hombre cultísimo y progresista, al mismo tiempo que que estudiaba las primeras letras, aprendía también labores del campo y su esperitu observador iba creciendo en conocimientos de la misma manera que su cuerpo se fortalecía con la saludable vida del campo. El contacto con lo artesanos de su pueblo le facilitaba el aprendizaje de diversas artesanías, conocimiento que tan útil habría de serle después, ya Cura de almas, tendría la opurtunidad de ayudar a sus feligreses. Su espirutu emprendedor lo llevó a instalar varios talleres de artesanías e industria (alfarería, curtiduría, carpintería, herrería, etc.). Con la ayuda de sus feligreses mandó a excavar una noria y plantó moreras y vides.
Todos los oficios que enseñaba tenían una aplicación práctica, un valor comercial; eran actividades productivas que contribuían poderosamente a elevar el nivel de vida de los habitantes de Dolores y puntos vecinos. Esta lavor constructiva la hacía aprevechando los recursos naturales de la región, antes inexplotados. Fué también en este aspecto un precursor.
El tiempo que le dejaban libre sus trabajos sociales y docentes, lo destinaba a instruírse, a aumentar sus conocimientos en todos los ambitos del saber humano. Sentía gran entusiasmo por los estudios filosóficos, y ellos lo llevaro a la adopción de las ideas liberales que habrían de caracterizarlo.
Se inicio en la masoneria en la logia de la calle de Las Ratas No. 4 (hoy Bolívar 73), domicilio particular del regidor Manuel Cuevas Moreno de Monroy Guerrero y Luyando. Se trataba de mantener en la clandestinidad las actividades masonicas. Un vecino, habitante de la casa número 2, apellidado Cabo Franco, denunció la existencia de la logia. Muchos fueron aprehendidos y Primo de Verdad amaneció muerto en su celda el 4 de octubre de 1808. Los masones de esa logia empezaron a reunirse en El Pensil, casa de campo de Manuel Cuevas. Desde 1808 participó en las juntas de los descontentos con la situación de la Nueva España. Formalizadas estas conspiraciones, debieron adelantar la fecha del levantamiento armado, arrastrando las consecuencias que los llevaría a una muerte prematura.La madrugada del 16 de septiembre de 1810, con las arengas ¡Viva la independencia! ¡Viva la América! ¡Muera el mal gobierno! Hidalgo y sus seguidores se lanzaron a la lucha que nos liberaría del yugo español.Fué generalísimo de los ejercitos isurgentes. Triunfó en Guanajuato y Las Cruces. Después de una racha de victorias los insurgentes llegaron a las puertas de la capital, pero por alguna razón que la historia no ha podido aclarar, Hidalgo decidió retirarse. Vinieron derrotas como la de Calderón y otras. Siete meses de vida activa constituyeron su carrera como insurgente.
Después de severas derrotas y cuando iba rumbo a E.U.A. a conseguir pertrechos, fué traicionado por Ignacio Elizondo y tomado preso en las Norias de Acatita de Baján el 21 de Marzo de 1811, y conducido a Chihuahua.
En julio de 1800 los curas mercedarios Joaquín Huesca y Manuel Estrada le acusaron de asistir a ‘tenidas diabólicas’ en una logia en el callejón de El Sapo (frente a la actual central telefónica de las calles de Victoria en la ciudad de México). La causa fue reanudada en septiembre de 1810 y el 7 de febrero de 1811 el inquisidor fiscal Manuel de Flores presentó formal denuncia contra Hidalgo al grado de que la iglesia católica lo excomulgó, a como ha excomulgado a las masones decenas de veces a lo largo de la historia.
A continuacion reproducimos textualmente el decreto de excomunion que la Iglesia aplico a este hombre (texto de fuerte contenido):
"Excomunión de Miguel Hidalgo"
EXCOMUNIÓN MAYOR “Por la autoridad de Dios todopoderoso, del Padre, Hijo y Espíritu Santo; y de los santos cánones y de la inmaculada Virgen María madre y nodriza de nuestro Salvador y de las virtudes celestiales, ángeles, arcángeles, tronos, dominios, papas, querubines y serafines y de todos los santos patriarcas y profetas; y de los apóstoles y evangelistas; y de los santos inocentes, quienes a la vista del santo Cordero, se encuentran dignos de cantar la nueva canción; y de los santos mártires y santos confesores. Y de las santas vírgenes y de los santos, juntamente con todos los santos elegidos de Dios, lo excomulgamos y lo anatematizamos y lo secuestramos de los umbrales de la iglesia de Dios Omnipotente, para que pueda ser atormentado por eternos y tremendos sufrimientos, juntamente con Datán y Abirán y aquellos que dicen al Señor ¡apártate de nosotros porque no deseamos ninguno de tus caminos! Y así como el fuego del camino es extinguido por el agua, que sea la Cruz extinguida en él para siempre jamás. Que el Hijo, quien sufrió por nosotros lo maldiga, que el Espíritu Santo, que nos fue dado en nuestro bautismo lo maldiga. Que la santa Cruz a la cual ascendió Cristo por nuestra salvación, triunfante entre sus amigos, lo maldiga. Que la santa y eterna Virgen María madre de Dios, lo maldiga, que todos los ángeles y arcángeles, principados y potestades y todos los ejércitos celestiales, lo maldigan; Que San Juan el precursor y San Pedro, y San Pablo y San Andrés y todos los demás apóstoles de Cristo, juntamente lo maldigan. Y ojalá que el resto de sus discípulos y los cuatro evangelistas, quienes por sus predicaciones convirtieron al mundo universal; y ojalá que la santa compañía de mártires y confesores, quienes por sus santas obras se han encontrado agradables al Dios Todopoderoso, lo maldigan. Ojalá que el Cristo de la santa Virgen lo condene. Ojalá que todos los santos desde el principio del mundo y de todas las edades, quienes se hayan ser los amados de Dios, lo condenen; ojalá que los cielos y la tierra y todas las cosas que hay en ellos, lo condenen; que sea condenado donde quiera que esté, en la casa o en el campo; en los caminos y en las veredas; en las selvas o en el agua, o aún en la iglesia. Que sea maldito en el vivir y en el morir; en el comer y en el beber; en el ayuno o en la sed; en el dormitar y en el dormir; en la vigilia y andando; estando de pie o sentado; acostado o andando; mingiendo o cancando y en todas las sangrías. Que sea maldito interior y exteriormente. Que sea maldito en su pelo. Que sea maldito en su cerebro. Que sea maldito en la corona de su cabeza y en sus sienes, y en su frente y sus oídos; y en sus cejas y en sus mejillas; en sus quijadas y en sus narices; y en sus dientes anteriores ye n sus molares; en sus labios y en su garganta; y en sus hombros y en sus muñecas, en sus brazos, en sus manos y en sus dedos. Que sea condenado en su pecho, en su corazón y en todas las viseras de su cuerpo. Que sea condenado en sus venas; en sus músculos, en sus caderas, en sus piernas, pies y uñas de los pies. Que sea maldito en todas las junturas y articulaciones de su cuerpo. Que desde la parte superior de su cabeza, hasta la planta de los pies, no haya nada bueno en él; que el Hijo de Dios Viviente con toda la gloria de su majestad, lo maldiga; y que el cielo, con todos los poderes que hay en él, se subleven contra él, lo maldigan y lo condenen. Amén. ¡Así sea!. Amén”.
Fué enjuiciado, degradado de su carácter sacerdotal y fusilado la mañana del 30 de julio de 1811. Su cabeza junto con la de Allende, Aldama y Jiménez, fueron llevadas a Guanajuato y, encerradas en jaulas de hierro, colgadas en las cuatro esquinas de la Alhóndiga de Granaditas, en donde permanecieron hasta la consumación de la Independencia en 1921.
Hoy sus restos reposan en la Columna de la Independencia (el Angel de la Independencia) en el Paseo de la Reforma de la ciudad de México, en donde arde perenemente una lámpara votiva que recuerda el sacrificio de aquellos que dieron sus vidas por la Independencia de su Patria
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LOS ENEMIGOS INTERNOS DE LA MASONERIA

Quiero compartir  un escrito del Q:.H:. Cuauhtémoc D. Molina García, miembro de la R:.L:.S:. Concordia No. 1, del Or:. de Xalapa, Veracruz, México. Considero que es una problematica actual y constante en nuestra institución, dicho sea sin el afan de culpar; de tal manera que lo dejo a consideración de el lector.





LOS ENEMIGOS INTERNOS DE LA MASONERIA
Por Cuauhtémoc D. Molina García   R:.L:.S:. Concordia 1.


A menudo se dice que la Orden tiene sus enemigos atávicos en los grupos de ultraderecha, sectores conservadores de la Iglesia católica, —Caballeros de Colón, Opus Dei, Legionarios de Cristo y ahora el Yunque—, y partidos políticos de filiación igualmente conservadora. El discurso de los recién ingresados en la Orden suele ser copioso en retórica jacobina y de pronto pareciera que la Orden existe, o subsiste, merced a la existencia de los contrarios.Otros incluso se pronuncian en el sentido de que la Masonería ha perdido capacidad de competir con sus adversarios, ya que éstos la han superado en número de miembros, recursos materiales y capacidad financiera, así como en presencia política.¿Qué hace la Masonería?, otros dicen ¿qué hacen los masones? Unos y otros se responden: ¡Nada! Las logias masónicas cada día desmerecen en interés para sus propios integrantes, quiénes las abandonan desilusionados porque no encuentran lo que buscan, o bien porque el carácter y el contenido de sus enseñanzas les parecen fuera de contexto histórico, social y político.¿Qué hacer entonces?La Masonería, dicen, vive una crisis, y a veces dicen bien, solo que no saben identificar con precisión el sentido y la verdadera identidad de dicha crisis.
Pocos masones saben cuáles son los fines reales de la Institución masónica; unos la ubican en lo material, otros en lo financiero y económico, otros en lo social y no faltan quienes le señalan un rotundo fracaso político.Para muchos la Masonería es un mero apéndice de sus vidas sociales, una extensión de ella que malamente cumple la función de un club. Adolecen muchos integrantes de la Orden, -que no iniciados-, de una clara visión de los ideales supremos de realización espiritual de la Institución y es posible que ocho de cada diez de ellos desconozcan que la Masonería ha sido fundada para contribuir al desarrollo espiritual de la humanidad, así como a la expansión de la conciencia interior de sus integrantes. Muchas Grandes Logias, con sus respectivos Grandes Maestros, evidencian un abandono de los principios considerados fundamentales en la Francmasonería, restándoles autoridad y observancia. Incluso, para muchos masones “modernos”, los ritos masónicos no son sino costumbres arcaicas y prehistóricas que ahora “carecen de sentido”, y les parece que la Masonería es una suerte de museo viviente de atavismos incompatibles con un mundo de globalización y de Internet. Casi todos los “profanos con mandil” exigen hacer las cosas con prisa, por ello abrevian rituales y mutilan el espíritu de la Orden en aras de la modernidad y la “ciencia contemporánea”.
La Masonería —siendo un espacio iniciático cognitivo y afectivo de profundos significados morales y espirituales— resulta hoy en día en extremo superficial para quienes la desconocen y la reducen con sus prácticas profanadoras, y es por esta razón que además de todos los males, existe una vasta disonancia entre las mentes académicamente avanzadas y la masonería superficial contemporánea. Tenemos ante nosotros una ruptura social, intelectual y académica que no tiene razón de ser, porque si los académicos y los científicos, cuando llegan a nuestras Logias, alguien les supiese indicar los verdaderos caminos de la Orden, muy seguro estaríamos en que sabrían, con gran apertura intelectual y espiritual, valorar de modo superlativo las excelsas virtudes de nuestro Arte Real. Por lo tanto, habríamos de preguntarnos objetivamente ¿Cuáles o quiénes son nuestros reales y verdaderos enemigos? Desde hace mucho tiempo presentimos que nuestros verdaderos y reales enemigos no están fuera, sino dentro de la Institución. ¿Quiénes son? No son solamente lo Jubelás, Jubelós y Jubelúm, que con sus conductas traicionan la confianza de los verdaderos iniciados, o bien los líderes y funcionarios de la Orden que solo anhelan su propio beneficio y se olvidan de la verdadera causa de la Institución. No, se trata más bien de actitudes plenamente instaladas en los patrones de conducta organizacional de la Orden. ¿Cuáles son estas actitudes? Una es la superficialidad, otra los prejuicios y por último, los personalismos.[1]
Los masones nos hemos vuelto superficiales, pues tratamos nuestros asuntos por la periferia y pocas veces profundizamos en los contenidos simbólicos e iniciáticos dela Orden. Muchos asumen que son masones solo porque son liberales; y respecto de los personalismos, hemos convertido a la Orden en una retahíla de aduladores que confunden el valor de la jerarquía con la alabanza que trastornan la personalidad de quienes aún no comprender la esencia de la Institución. La falta de educación, la pérdida de los significados, las ambiciones políticas de los dirigentes, la ausencia de selección y capacitación masónica, son los principales enemigos internos de la Masonería. No necesitamos citar a los enemigos tradicionales, pues en verdad los tenemos dentro.

[1] Me baso en los conceptos de W. Cox Learche, en Los Landmarks; la regularidad masónica en una nueva Luz, Herbasa, México, s/a.