El masón intenta conocer su
entorno a partir de la interpretación y la resignificación de elementos tanto
simbólicos como alegóricos que finalmente traen consigo el aprendizaje de un
contenido ético-moral. Así, la masonería nos dota de una serie de elementos
simbólicos para conocer y practicar la virtud.
Por ejemplo, en el primer
grado, es usual que analicemos el concepto del trabajo dirigido por la
inteligencia. Este se ejemplifica con la alegoría del martillo y el cincel, de
tal manera, que los masones sabemos que el martillo representa a la fuerza y el
cincel a la inteligencia. Además, deducimos que la fuerza (martillo) por sí
sola, sólo conduce a la destrucción si no está dirigida por la inteligencia
(cincel). Y que, esta, si no estuviera acompañada por el impulso del martillo,
entonces tendría despropósito.
Fragmento tomado de www.elblogdelmason.com
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